Nos han urbanizado el alma. Nos han conquistado por dentro.
Están conquistando nuestros espacios más privados, más íntimos. Nos están conquistando el espíritu. Cada vez perdemos más espacio para lo privado y lo profundo. O a caso la espiritualidad y el contacto con Dios no son invadidas por los smart phones que vibran por facebook, whatsapp, twitter, etc. Para ser sincero, no recuerdo cuando fue la última vez que tuve una charla profunda con alguien sin que sea interrumpida por el celular… Me parece increible que seamos siempre alcanzables, no hay lugar a donde podamos huir. Hasta el sexo se puede ver con detalles y en alta definición. Todo nos invade no dejando casi espacios sin conquistar en nuestra privacidad, nuestras agendas y finalmente en nuestro corazón.
Comenzamos el día poniendo play y no sabemos a veces por qué o para qué, pero hacemos lo que tenemos que hacer. En ocasiones parecemos autómatas. Nos han conquistado el alma.
Hoy quiero proponerles la ruralización del alma, una movida revolucionaria y hacia la libertad. Una propuesta del mismo Cristo porque “conocerán la verdad y la verdad los hará libres” y “he venido a declarar libertad a los cautivos, vista a los ciegos, sanar a los quebrantados de corazón” (Juan 8:32, Lucas 4:19)
Los grandes libres de la Biblia tenían un modelo espiritual tipo Iceberg. Mucha vida con Dios, mucho intimo y privado, mucho espacio en el alma. Moisés estuvo 40 años en el desierto, y luego libertó a Israel, José pasó muchos años en servidumbre y prisión para ser libre y llegar al trono, Jesús, pasó 30 años en su privacidad con Dios y la familia y 3 años cambiando el mundo.
Estas líneas son un llamado de atención a liberarnos. Abrir espacios para nuestra vida de escucha silenciosa. Si querés que algo te pase con Dios tenés que abrir un espacio, y después quedarte ahí. Que nadie, que nada te interrumpa. Se libre y abrí las tranqueras de tu alma…
«El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado para llevar la buena noticia a los pobres; me ha enviado a anunciar libertad a los presos y dar vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a anunciar el año favorable del Señor.» Luego Jesús cerró el libro, lo dio al ayudante de la sinagoga y se sentó. (Lucas 4:19,20)
¡Buenísima la propuesta de la ruralización del alma y de la vida también! Cuántas veces nos vimos envueltos en ese automatismo urbano el cual nos atrapa intempestivamente, sin recordar que somos nosotros los que podemos accionar los botones «on-off», «pause – play». Gracias por recordarnos el camino hacia la verdadera libertad «la Verdad los hará libres»
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Abrir las tranqueras del alma y ser libres, qué hermoso recurso literario ,que el Espiritu Santo nos ayude p q sea una realidad.
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MUY INTERESANTE ,, A PESAR DE TODO ÉSTO, EL PRIMER TIEMPO TIENE QUE SER PARA LA COMUNIÓN CON DIOS..
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